miércoles, 6 de abril de 2016

COMERCIO INFORMAL


Tarata, la calle perdida entre comerciantes y vehículos
/ARMANDO MORALES LUJÁN cochabamba@opinion.com.bo    Ed. Imp. / 19/03/2016

LA ESQUINA MÁS CONFLICTIVA ENTRE LA CALLE TARATA Y AGUSTÍN LÓPEZ, DONDE NO EXISTE ORDEN NI ESPACIO PARA QUE LOS PEATONES CIRCULEN LIBREMENTE.


Es una disputa "encarnizada". Los comerciantes, transeúntes y motorizados se pelean por cada centímetro de la calzada existente en la calle Tarata entre las avenidas Ayacucho y Barrientos. Lo peor ocurre los días de feria (miércoles y sábado).
La odisea para abrirse paso en esta concurrida calle comienza a tempranas horas de la mañana, como el miércoles, cuando OPINIÓN hizo un recorrido por esa vía.
A su paso encontró varias escenas y se hizo varios cuestionamientos.
¿Por qué se llegó a esta situación? es la pregunta que necesita una respuesta. El exconcejal y experto en urbanismo y planificación Jhonny Antezana asegura que no hay un plan de vialidad desde 1945 y que las autoridades elegidas han perdido toda autoridad sobre los comerciantes que se asientan en las calles y calzadas de la ciudad.
La intendente de Cochabamba, Luz Rojas, dice que están trabajando en tres turnos; sin embargo admite que los comerciantes rebasan en número y aprovechan el tiempo que no están los gendarmes en las calles.

ESCENA 1. Frente a la Terminal de Buses de Cochabamba antes de iniciar la calle Tarata, el policía Choquemisa intenta poner orden en la avenida que supuestamente es de tres vías. Sin embargo, detrás de él un pequeño “ejército” de comerciantes de venta de refrescos, carretillas con duraznos y variedad de frutas, ambulantes con ropa y otros ocupan prácticamente el tercer carril. Esto provoca el congestionamiento vehicular y genera inseguridad a los transeúntes, quienes tienen que esquivar a los carros para no ser embestidos. El reloj apenas marcaba las 8:45 horas y el caos ya era evidente. Choquemisa, quien dice estar prohibido de dar cualquier declaración,  responde tímidamente y asegura que su trabajo durará hasta las 13:00 horas. Le preguntamos ¿por qué no hace retirar a los vendedores del tercer carril que es para circulación de autos? El policía, que también es estudiante de un instituto policial, dice que ése no es su trabajo, sino de la Intendencia Municipal.
Así seguimos nuestro paso por la calle Tarata que minutos más tarde todo se vuelve irreconocible e incontrolable.

ESCENA 2. A las 9.45 horas arribamos a la esquina más conflictiva de Cochabamba, situada en las calles Tarata y Agustín López. Aquí se puede observar que prácticamente no hay ni diez centímetros libres ni para carros, vendedores y menos para peatones. Al frente está una estación policial y se observa a varios efectivos sentados y para ellos ya es normal ver este caos vehicular.
Las vendedoras aseguran que esta aglomeración es el “caldo de cultivo” para que los ladrones hagan de las suyas en esta vía donde los robos son continuos. Esto mismo le pasó a doña Magda Miranda que la semana pasada fue víctima de una ladrona que le sustrajo su celular. Asegura que una comerciante ambulante fue la que perpetró el robo, pues cuando el guardia de seguridad se acercó le dijo "¿otra vez choca?".
Así como la señora Miranda, muchas amas de casa se sienten obligadas a seguir comprando en La Cancha por los precios más económicos y la variedad de productos.

ESCENA 3 A las 10.45 horas, cuando el sol se puso más abrasante, los comerciantes, que en Cochabamba son unos 150 mil, tomaron por completo el corazón de la calle Tarata, frente a la Cooperativa San Antonio. A esta hora ya era casi imposible pasar de un extremo a otro. Las vendedoras acostumbran a ponerse en fila horizontal a lo largo de toda la calle para ofrecer sus productos y da la impresión de que hubiera más vendedores que compradores. Ni los pocos gendarmes municipales podían imponer cierto control. Para entonces, las vivanderas ya habían instalado sus puestos de comida y eso hacía que más personas se asomaran por el lugar. Así, una mezcla de todo se podía apreciar. 

COROLARIO El recorrido terminó bordeando el mediodía y la caótica escena no cambió, más bien empeoró porque también los ánimos de la gente estaban más caldeados. Una señora de la tercera edad, que pasaba por el lugar y fue levemente golpeada por un micro, pensó que otra ama de casa le produjo ese roce y le gritó insultos irreproducibles.
Cámara en mano, decidimos volver al lugar donde iniciamos el periplo para conversar con algunos compradores y comerciantes quienes piden mayor control a las autoridades. Sin embargo, sobre todo, las mismas vendedoras no respetan los espacios públicos y las normativas existentes.

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