viernes, 15 de julio de 2016

SOLEMNIDAD DEL CARMEN


De Corazón, a corazón: Zac 2,14-17 (“Alégrate, Hija de Sión, vengo a morar en ti”); Lc 2,15-19 (llegada de los pastores a Belén, María “meditaba en su corazón”)
Contemplación, vivencia, misión: Las “montañas” han sido siempre una invitación para una “subida”. Venimos de Dios (nos ha creado por amor y sin nuestra cooperación) y volvemos a Él (caminando o subiendo con responsabilidad y “cantando” con “alegría”). Al menos desde el siglo XII, había eremitas en el monte Carmelo, que vivían este camino con María, la Madre de Jesús. La historia posterior es una historia de gracia, que es ya patrimonio de toda la Iglesia. María nos indica su presencia activa y materna por medio de todos los detalles de nuestra vida ordinaria de Nazaret (el “escapulario” era una pieza del vestido de los campesinos).
*Corazón misericordioso de María, memoria de la Iglesia: En el Corazón de María resuenan todavía todas las palabras evangélicas, para hacerlas realidad en nuestra vida. Los “pastores” y los “reyes”, que encuentran a Jesús con María (cfr. Mt 2,11; Lc 2,16), ahora somos nosotros que caminamos al encuentro de “la salvación”.

Juan Esquerda Bifet 

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