Querido Jesús,
También Tú fuiste un día niño como nosotros,
y se nos ha dicho que amabas tener a los
pequeños cerca de Ti.
Así venimos nosotros ahora,
niños de todas las naciones del mundo,
niños de todas las naciones del mundo,
a ofrecerte nuestro agradecimiento
y a elevar hacia Ti nuestra oración por la
paz.
Tú añoras estar con nosotros en todo tiempo y
en todo lugar;
haz, por lo tanto, de nuestro corazón tu
hogar,
tu altar, tu trono.
Haz que todos formemos una sola familia,
unida bajo tu cuidado y en tu amor.
Mantén alejado de todo hombre, tanto joven
como adulto,
los pensamientos y las obras del egoísmo,
que separan a los hijos del Padre celestial
los unos de los otros, y de Ti.
los unos de los otros, y de Ti.
Que para todos sea tu gracia
escudo contra tus enemigos y los de tu Padre;
escudo contra tus enemigos y los de tu Padre;
a éstos perdónalos, oh Señor,
pues no saben lo que hacen.
Si los hombres, con tu ayuda, se aman los
unos a los otros,
habrá paz verdadera en el mundo,
y nosotros los niños podremos vivir sin el
temor
de los horrores de una nueva guerra.
Le pedimos a tu inmaculada Madre María,
que también es Madre nuestra,
que te ofrezca a Ti esta nuestra plegaria por
la paz,
entonces Tú ciertamente la oirás.
¡Gracias, oh dulce Jesús!
¡Qué así sea!
PIO XII
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