El
Santo Padre, con ocasión del Año de la Vida Consagrada ,
concederá indulgencia plenaria, con las condiciones habituales (confesión
sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre)
a todos los miembros de las instituciones vida consagrada y a los demás fieles
verdaderamente arrepentidos y movidos por un espíritu de caridad, a partir del
primer domingo de Adviento de este año hasta el 2 de febrero 2016, día de
clausura del Año de la vida consagrada. La indulgencia puede aplicarse también
como sufragio por las almas del Purgatorio.
La
indulgencia se obtendrá:
En
Roma, cada vez que participen en las reuniones y celebraciones internacionales
establecidas en el calendario de la Congregación para los Institutos de Vida
Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y por un período de tiempo
apropiado mediten con piedad, concluyendo con Padre nuestro, la Profesión de fe en
cualquier forma legítima aprobada e invocaciones a la Virgen María.
En
todas las Iglesias particulares, cada vez que en los días diocesanos dedicados
a la vida consagrada y en las celebraciones diocesanas organizadas para el Año
de la Vida Consagrada ,
visiten la catedral u otro lugar sagrado designado con el consentimiento del
Ordinario del lugar, o una iglesia conventual o el oratorio dede un monasterio
de clausura y recen públicamente allí la Liturgia de las Horas, o un período de tiempo
apropiado meditarán con piedad concluyendo con Padre nuestro, la Profesión de fe en
cualquier forma legítima aprobada e invocaciones a la Virgen María.
Los
miembros de los Institutos de vida consagrada que, por enfermedad u otra causa
grave no puedan visitar los lugares sagrados, podrán obtener la indulgencia
plenaria si, con total desapego de cualquier pecado y con la intención de poder
cumplir tan pronto como sea posible las tres condiciones habituales, efectuen
la visita espiritual con profundo deseo y ofrezcan las enfermedades y molestias
de su vida a Dios misericordioso a través de María misericordioso, añadiendo
las oraciones más arriba indicadas.
Para
facilitar el conseguimiento de la gracia divina por medio de la caridad
pastoral, la
Penitenciaría Apostólica , -que firma el decreto de
indulgencia- pide a los canónigos,los miembros del capítulo, los sacerdotes de
los Institutos de Vida Consagrada y a todos los que tienen la facultades de
escuchar las confesiones que administren con frecuencia el sacramento de la Penitencia y la Sagrada Comunión
a los enfermos
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