Triduo del Niño
Jesús de Praga
Oración
para todos los días
Divino Niño, que quisiste mostrar tus misericordias
á vuestro siervo el P. Cirilo de la Madre de Dios, para que
honrásemos con fe, amor y confianza aquella Imagen de Praga á quien habían roto
las manos y echado con desprecio entre los escombros. Yo, postrado delante de
vos, vengo á ofrecerte mi corazón, mi ser, mi vida, para que seás siempre mi Dios, mi Rey, mi Amor, mi Rey, a quien
obedezca mi entendimiento, mi voluntad y
mis pasiones; mi Dios, á quien sirvan mi alma, y sentidos; mi Amor, por quien
suspire mi corazón. Los herejes ingratos rompen vuestras manos… Yo, Divino
Niño, quiero que ellas me gobiernen, me guíen y bendigan…hasta el cielo. Amén.
Rezar
un ave Maria y gloria y luego exponer el favor que se solicita en este triduo
Concluir con la oración del día que corresponda.
PRIMER DIA
Benignísimo Niño Jesús de Praga, Príncipe de la paz,
que al momento de llegar Vos al mundo anunciaron ya los ángeles la paz a los
hombres de buena voluntad: reconcilia con la Divinidad a los pecadores, dad la
paz a su conciencia, luz a su entendimiento, fuego de caridad a su corazón,
para que vuestro glorioso Nacimiento obre en todos los hombres los efectos que
el anuncio angélico produjo en los pastores que os adoraron en el portal de
Belén. Amén.
SEGUNDO DIA
Amabilísimo Niño Jesús de Praga, Esposo divino de
nuestras almas, que después de haber venido para salvar a los hombres, vendréis
nuevamente a juzgarlos , manifestando los esplendores de vuestra eterna
generación del Padre, que ocultasteis para haceros accesible a los hombres, y
haréis brillar toda vuestra gloria para confusión de los que hayan abusado de
vuestra gracia: ayudadme para que siga ahora vuestras inspiraciones, Redentor
mío, y pueda veros aquel día como Juez benigno y apacible. Amén.
TERCER DIA
Amorosísimo Niño Jesús de Praga, Hijo de Dios desde
la eternidad, e Hijo de María en el tiempo, que encarnándoos en su seno
purísimo recibisteis de Ella la más admirable y respetuosa acogida que pueda
haceros jamás criatura alguna: concededme que yo también os acoja con la
firmeza y caridad que encontrasteis en la Virgen Santísima ¡Ah Salvador mío!
Así como nacisteis realmente por María a la vida corporal, naced, os lo ruego
ahora, espiritualmente en mi alma y llenadla de vuestra gracia para que
corresponda siempre a vuestras inspiraciones. Amén.
“GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL
ESPIRITU SANTO”
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