En
día tan especial, hemos tenido el gozo no sólo de asistir a una Santa Misa,
sino que a una celebrada en un cementerio. La combinación de la Eucaristía con el
acompañamiento a nuestros queridos difuntos en el lugar donde descansan sus
cuerpos es el modo ideal de celebrar esta hermosa fiesta de la Iglesia.
Se
nos recordaba que cuerpo y alma son inseparables, porque constituimos una
unidad. Por eso es que es tan importante asistir a Misas dedicadas a las almas
de nuestros fieles difuntos, como también el hacer visitas periódicas al
cementerio. Como católicos practicantes creemos en la resurrección de los
muertos, por lo que los cuerpos esperan el día glorioso en que viviremos en
unidad en el Reino prometido. La resurrección de los muertos como la enunciamos
en el Credo de la Iglesia ,
es vivir eternamente en cuerpo y alma, por lo que es una verdad de fe.
Hoy,
mas que nunca, estemos unidos a nuestros queridos difuntos y pidamos Misas por
sus almas, asi como visitemos el cementerio para compartir un rato la cercanía
que tantos recuerdos nos trae.
Y
muy importante tambien, recemos por sus almas.
¡Dios
derrame Su Misericordia sobre las almas de nuestros queridos difuntos!
Fuente Benditas Almas
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