Con
el Domingo de Ramos empieza la
Semana Santa. En este día recordamos la entrada triunfal de
Jesús a Jerusalén. Este domingo resume los dos puntos fundamentales de la Pascua : La Pasión y Muerte de Cristo y
su Resurrección gloriosa. La
Biblia menciona que cuando Jesús llegó a Jerusalén, la ciudad
más importante, para celebrar la pascua, Jesús les pidió a sus discípulos traer
un burrito y lo montó. Había mucha gente (niños y adultos), algunos habían
estado presentes en los milagros de Jesús y habían escuchado sus parábolas, lo
esperaban para recibirlo como un rey, le cantaban cánticos y salmos, y lo
alababan con palmas en las manos.La gente tendía sus mantos por el camino y
otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso. Los que iban delante y
detrás de Jesús gritaban: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Hosanna en las alturas!”. (Hosanna significa “¡viva!”).
Es
una oportunidad para proclamar a Jesús como el rey y centro de nuestras vidas.
Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que se entusiasmó por seguir a
Cristo. Decir “que viva mi Cristo, que viva mi rey...”. Es un día en el que le
podemos decir a Cristo que nosotros también queremos seguirlo, aunque tengamos
que sufrir o morir por Él. Que queremos que sea el rey de nuestra vida, de
nuestra familia, de nuestra patria y del mundo entero. Queremos que sea nuestro
amigo en todos los momentos de nuestra vida.
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