viernes, 25 de abril de 2014

MENSAJE DE LOS PADRES CAPITULARES

A los hermanos de la Provincia de San Juan de la Cruz de Burgos. 
Al  terminar  el  XXVIII  Capitulo  Provincial  os  saludamos  con  el  gozo  y  la  paz  que  nos  regala Jesús resucitado. A cada  uno  de vosotros,  en el momento  y la  situación  que  os  encontráis,  le alcance la alegría de seguir a Jesús, la alegría que da el Espíritu.  
En  profunda  comunión  con  vosotros,  hemos  reflexionado  estos  días  sobre  nuestra  vida  de carmelitas  teresianos  -“¿qué  tales  habremos  de  ser?”-,  hemos  mirado  con  cariño  a  nuestras comunidades –“aquí todos han de  ser  amigos, todos se han  de amar, todos se  han  de querer, todos  se  han de  ayudar”-, hemos  elegido  superiores  para que  cuiden  y animen  nuestra vida y misión en el futuro inmediato,  hemos gozado con el momento esperanzado que  están viviendo los hermanos del Vicariato de Uruguay-Bolivia-Paraguay. 
Con  vuestro  respaldo  mayoritario  hemos tomado  la  decisión  de  abrirnos  a  la  nueva  provincia del Carmelo Ibérico. No es fácil emprender este camino, porque supone dejar algo muy querido para  nosotros,  como  es  nuestra  provincia de  Burgos, para  abrirnos  a algo desconocido.  Pero así es siempre el camino de la fe. Abrahán salió sin saber a  dónde  iba, fiado únicamente en la palabra de  Dios.  Nuestro Padre Juan de la Cruz  dice que, “para ir a tierras no  sabidas hay que ir por caminos no sabidos”.  
Os animamos  a  perder los  miedos y  a  aventurar  la  vida –“a  darnos del todo al  Todo”-  en este momento  apasionante  que  el  Señor  nos  regala. No  miremos  atrás.  Miremos  a  Jesús,  que va delante,  y  digamos  con  Él:  “Nadie  nos  quita  la  vida,  somos  nosotros  los  que  la  damos libremente” (cf Jn 10,18). 
La nueva provincia  es algo  pequeño, algo  que  está  naciendo.  Necesita  el  cariño y  el  apoyo de todos.  Sin la  entrega de  la  vida  ninguna  semilla  crece  y  da  fruto.  Contamos con cada  uno  de vosotros, necesitamos “eso  poquito que  está  en  cada uno”  para  bien  de  la  Iglesia.  Nos  va la vida en colaborar y aunar el corazón. “¡Dichosas vidas, que en esto se acabaren!” 
Alentados por nuestra Madre Teresa de Jesús, en el V Centenario de su Nacimiento, sentimos llamada  a  nacer  para  Dios,  a  estar  disponibles  a  lo  que  el  Señor  quiera,  a  vivir  con esperanza estos tiempos recios, sabiendo que “solo Dios basta”. Por aquí anda el secreto de la alegría. 
Vivamos,  cada  día,  con  gozo  el  encuentro fiel  con  Jesús  –“mientras  podáis  no  estéis  sin  tan buen Amigo”-. Estrenemos  cada  día  con los  hermanos relaciones de amistad  y de fraternidad.
Anunciemos el  Evangelio con  la  autenticidad y coherencia de vida. Hagamos, sin miedo,  a  los jóvenes  la propuesta de  seguir  a  Jesús  en  el  Carmelo de  Teresa  de Jesús y Juan de  la Cruz.
Esta hora es la hora de Dios y la nuestra.    Emprendemos  el  camino  con  libertad  y  alegría,  en  comunión  con  nuestras  hermanas,  las
carmelitas descalzas,  y  con los  carmelitas seglares,  cuya cercanía y oración  hemos percibido todo momento. “Juntos andemos”.
Un abrazo fraterno  y cordial  para  cada uno, especialmente  para los  que  os  sentís  con  menos fuerzas. Con vosotros, todos  nos sentimos bajo la mirada de la  Flor del Carmelo, la Señora de la Alegría. 

Vuestros hermanos reunidos en Capítulo. Burgos, 21-25 de abril de 2014     

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