Se
va cerrando el drama de la
Pasión de Cristo, cuyas escenas hemos ido contemplando
durante esta Semana Mayor.
Hoy,
Jesús yace en su tumba y los apóstoles creen que todo se acabó. Todo el día
sábado su cuerpo descansa en el sepulcro. Pero su madre, María, se acuerda de
lo que dijo su Hijo : "Al tercer día resucitaré". Los Apóstoles van
llegando a su lado, y Ella les consuela.
El
Sábado Santo es un día de luto inmenso, de silencio y de espera vigilante de la Resurrección. La
Iglesia en particular recuerda el dolor, la valentía y la esperanza de la Virgen María.
El
misterio esencial del Sábado Santo es la ausencia del Señor. La Iglesia se encuentra en
espera de la resurrección del esposo. Cristo ha ocultado su rostro; ha
sustraído su presencia; el Señor está ausente; Jesús misteriosamente está
muerto. Esto es lo que le distingue de cualquier otro momento de la vida
terrestre y celeste del Redentor.
Cristo
no está ya, está muerto y litúrgicamente esta ausencia se presenta como la
privación de la Eucaristía.
Es imposible celebrarla porque el Señor no está. Este es el
único día del año en que no se celebra el Santo Sacrificio de la Misa en ninguna parte del
mundo, porque Jesús está muerto.
Es
necesario permanecer sobrecogidos ante la ausencia del Señor. Este es un buen
día para pensar en lo que significa que Dios no esté con nosotros. Es una buena
oportunidad para revisar nuestra vida con Dios. ¿Cuántas veces somos nosotros
los que lo abandonamos? ¿Cuántas veces hemos dejado solo al Señor Jesús?
Hoy
Jesús nos deja solos. No por su voluntad, sino porque está muerto.
Sólo
puede ser entendida esta muerte en el contexto de la Salvación que Jesús nos
ofrece. Sólo es posible entender que Dios Padre permitiera que a su Hijo le
pasara algo tan grave porque era necesario que así sucediera para borrar
nuestros pecados y alcanzarnos la salvación. Sin muerte no hay redención ni
resurrección, no hay vida eterna.
Este
día sábado, al caer la noche vamos a celebrar la Vigilia Pascual.
La celebración de la
Vigilia Pascual es la más importante fiesta del año
cristiano. Es la noche santa, es la noche larga, es la noche victoriosa. Cristo
resucita en la madrugada del domingo.
Hoy
es el día de la esperanza… y en silencio esperamos confiados por una vida
nueva: la Resurrección.
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