El
29 de septiembre se celebra a los arcángeles Gabriel, Miguel y Rafael.
Antiguamente cada uno tenía su fiesta propia, pero la reforma del Vaticano II
los unió en un solo día. Son los tres únicos arcángeles de los que la biblia nos
ofrece su nombre. Pero es muy común encontrar cuadros antiguos de los
"siete arcángeles", tanto en Oriente como en Occidente. El de arriba
es italiano del s. XVI. En otra entrada veremos otros cuadros españoles e
hispanoamericanos, así como iconos rusos y griegos. ¿De dónde proviene esta
tradición?, ¿cuál es su significado?
Hay
que empezar recordando que la palabra "ángel" significa
"mensajero". Por lo tanto, los "ángeles" son mensajeros que
Dios nos envía. A los que tienen una misión de especial importancia se les
llama "arcángeles".
El
papa san Gregorio Magno (s. VI) afirma: "Hay que saber que el hombre de
«ángel» designa la función, no el ser, del que lo lleva. En efecto, aquellos
santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre
pueden ser llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio
de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman
ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman
arcángeles".
En
el libro de Tobías se afirma: "Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que
tiene entrada a la gloria del Señor" (Tob 12,15). Y en del Apocalipsis se
dice: "Reciban gracia y paz de aquel que es, que era y que viene, y de
parte de los siete espíritus que están delante de su trono" (Ap 1,4). Por
su parte, el libro apócrifo de Enoc (escrito hacia el siglo segundo antes de
Cristo) cita sus nombres: Gabriel, Miguel, Rafael, Uriel, Baraquiel, Jehudiel y
Saratiel. Estos nombres son recogidos por otros libros de la época y por los
escritos rabínicos (aunque a veces cambia algo la transcripción de los nombres).
Miguel
significa "¿Quién como Dios?". Se le suele representar con una lanza,
con una espada en alto pisando al demonio, o con un estandarte, como príncipe
de las legiones celestiales.
Gabriel
significa "Fortaleza de Dios". Se le suele representar con una
azucena (símbolo de la virginidad) y el dedo en alto, anunciando a la Virgen María que será
madre del salvador. A veces también con una vela o una lámpara, indicando que
hay que estar en vela para escuchar la Palabra de Dios, como María.
Rafael
significa "Medicina de Dios". Se le suele representar con un niño de
la mano y un pez, haciendo referencia a los episodios recogidos en el libro de
Tobías.
Uriel
significa "Fuego de Dios" y aparece en los libros apócrifos tercero y
cuarto de Esdrás y hablan de él varios padres de la Iglesia , así como la
liturgia mozárabe. Se le suele representar con una espada de fuego, como
guardián de las puertas del Paraíso.
Baraquiel
significa "Bendición de Dios". Se le suele representar con un canasto
de flores y frutos, porque es el guardián de las virtudes.
Jehudiel
significa "Alabanza a Dios". Se le suele representar con una corona
de oro o de laurel en las manos, señal de la recompensa para los que perseveran
en el servicio del Señor.
Salatiel
significa "Plegarias a Dios. Se le suele representar con un incensario,
haciendo referencia a los que oran día y noche intercediendo por sus hermanos.
A veces se le representa con las manos juntas en oración.
Blog
del Padre Eduardo
A cada Ángel el señor le ha
confiado un oficio en el seno de la jerarquía angélica. Según las enseñanzas de
la Iglesia Católica
se distinguen nueve Coros angélicos.
Santísimos Serafines:
Ardientes de amor divino,
son los que están más cerca del Trono de la Santa Trinidad. Su
obligación es la de hacer entrar en los corazones las vivas llamas de la
caridad.
Sabios Querubines:
Videntes de Dios, contemplan
sin fin y en éxtasis las divinas perfecciones. Incesantemente lo adoran, le
ruegan, le agradecen.
Altísimos Tronos:
Llevan en sí al Señor,
meditan su infinita grandeza. Cuidan del Reino de Dios en las alturas.
Supremas Dominaciones:
Postrados, adoran a Dios, en
eterna felicidad. En la tierra defienden el soberano dominio de Dios,
Gloriosísimos Principados:
Ordenadores de las angélicas
acciones, sostienen los reinos en el interés de la religión.
Fuertes Potestades:
Delatadoras de los demonios,
nos sostienen en las luchas y en los combates de la vida.
Poderosísimas Virtudes:
Operadoras de toda
maravilla, hacen prodigios que están en los planes de Dios por nuestra eterna
salud.
Nobilísimos Arcángeles:
Nuncios y embajadores de
Dios, dan al hombre una asistencia más elevada.
Felicísimos Ángeles:
Ministros celadores de Dios.
Estos Ángeles asisten a cada uno de nosotros en particular y nos acompañan
noche y día.
«San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y
las asechanzas del diablo.
Que Dios manifieste sobre él su poder, esa
es nuestra humilde súplica;
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial ,
con la fuerza que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás y a demás
espíritus malignos
que vagan por el mundo para la perdición de
las almas.
.LEO PP XIII
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