En este Mundo al vivir
de maldades y vileza,
con amor quiero decir:
¡Bendita sea tu pureza!
Saca de mí tanta hiel
como mi alma desea,
para poder serte fiel
y eternamente lo sea.
Es tu planta virginal
la que a Satán pisotea.
No hubo falta original
pues todo un Dios se recrea.
Cuando al arcángel Gabriel
le mostraste tu extrañeza
“Dios se fijó -dijo aquel-
en tan graciosa belleza”.
Y por ello se cumplió
de un Mesías la promesa.
Tal milagro se debió
a Ti, celestial princesa.
Pues por Tu gran decisión
en la tierra nacería
un Dios que trajo el perdón,
Virgen Sagrada María.
De tu Hijo el padecer
¡qué dolor te producía!
Por eso todo mi ser
yo te ofrezco en este día.
Tómalos, yo te lo ruego,
Santa Virgen de Pasión.
Con mi amor te los entrego:
alma, vida y corazón.
Si de Ti me separara
disculpa mi obcecación;
como Tu manto me ampara
mírame con compasión.
Y cuando la triste hora
de morir me llegue un día,
en Ti confío, Señora,
¡No me dejes, Madre mía!
Agustín Sánchez.
ORACIÓN: ¡Virgen Santísima,
que agradaste al Señor y fuiste su Madre; inmaculada en el cuerpo, en el alma,
en la fe y en el amor! Por piedad, vuelve benigna los ojos a los fieles que
imploran tu poderoso patrocinio. La maligna serpiente, contra quien fue lanzada
la primera maldición, sigue combatiendo con furor y tentando a los miserables
hijos de Eva. ¡Ea, bendita Madre, nuestra Reina y Abogada, que desde el primer
instante de tu concepción quebrantaste la cabeza del enemigo! Acoge las súplicas
de los que, unidos a ti en un solo corazón, te pedimos las presentes ante el
trono del Altísimo para que no caigamos nunca en las emboscadas que se nos
preparan; para que todos lleguemos al puerto de salvación, y, entre tantos
peligros, la Iglesia
y la sociedad canten de nuevo el himno del rescate, de la victoria y de la paz.
Amén
-Bendita sea la santa e
Inmaculada Concepción de la
Santísima Virgen María, Madre de Dios.
-Oh María, concebida sin
pecado, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos.
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