1. ORIGEN HISTÓRICO DEL
CARMELO
Dificultades ha encontrado
la historiografía carmelita de todos los tiempos pero especialmente en sus
orígenes, ya que carece de escritos fiables para conocer su origen y evolución.
La Orden del Carmen no tiene un hombre o mujer a quien pueda acudir como
fundador o fundadora. Su origen es sencillo, modesto, sin relieve. Un grupo de
cruzados, penitentes y peregrinos dieron vida a la futura Orden del Carmen en
la última década del siglo Xll en las laderas del Monte Carmelo, en Palestina.
El primer documento
histórico que poseemos es la Regla. Alberto Avogadro o de Vercelli, Patriarca
de Jerusalén (+ 1214), de acuerdo con su propósito, les entregó una breve Norma
de vida. La Regla albertina recibida por el 1209 será siempre punto de
referencia y el libro fundamental de la historia y espiritualidad de la Orden
del Carmen. Bien podemos afirmar que con ella incipit Carmelus.
Las primeras Constituciones
que conocemos - 1281 - ya traen la Rúbrica prima pero que hubo de ser anterior,
en la que se afirma que estos primeros habitantes del Carmelo se propusieron
vivir en comunidad y trataron de emular a San Elías y a él lo tomaron como
padre espiritual. Estas Normas de vida se convirtieron en Regla al ser
aprobadas canónicamente por el Papa Honorio III, el 30 de enero de 1226.
Valioso es también, para
conocer los orígenes del Carmelo, el testimonio de Jaime de Vitry (+ 1240), que
fue obispo de Acre (1210 - 1228), y escribió en su "Historia
Orientalis" sobre este grupo naciente de carmelitas. Afirma que no pocos
de aquellos devotos peregrinos, en lugar de volver a su patria, preferían
quedarse en Palestina para consagrarse al Señor, abrazando allí la vida
monástica en el Monte Carmelo, en las cercanías de la fuente de Elías. Allí,
siguiendo el ejemplo del santo y solitario profeta Elías, "vivían en
pequeñas celdas y, cual abejas del Señor, se dedicaban a elaborar en sus
colmenas una miel espiritual de exquisita dulzura".
El famoso historiador de la
Edad Media, el dominico Vicente de Beauvais, en su "Speculum maius",
ofrece también datos preciosos sobre el origen de los carmelitas en el Monte
Carmelo.
Nos encontramos, pues, en
Palestina ante un grupo de ermitaños, provenientes de varios países europeos.
No son nativos, sino occidentales; de rito latino, y por tanto, distintos de
los monjes grecoortodoxos del cercano monasterio de Santa Margarita o Marina.
Este grupo anónimo de
consagrados, en obsequio de Jesucristo, pronto se dedicarán también a María en
el espíritu de Elías.
2. TESTIMONIOS DE PEREGRINOS
Ninguno de los documentos
que vamos a recordar se propuso estudiar el marianismo del Carmelo. Sólo de pasada
refieren datos de interés, lo que prueba que cuando ellos escriben eran ya
hechos conocidos de todos.
Tierra Santa fue siempre
lugar de peregrinaciones, pues los cristianos de todos los tiempos sentían
ansias de visitar la tierra donde vivió y murió el Señor. A escritos de estos
peregrinos o palmeros debemos el primer testimonio claro y explícito acerca del
título mariano de nuestra primera capilla en el Monte Carmelo. He aquí los
testimonios más importantes:
a) "Citez de Jherusalem
o Les Pelerinages pour aller en Jherusalem". Fue escrito hacia 1230. En el
capítulo primero trae este precioso testimonio:
"En esta misma montaña
(del Carmelo) se encuentra la abadía de Santa Margarita, que pertenece a los
monjes griegos, y que está en un hermoso paraje. En esa abadía, se conserva el
lugar donde vivió San Elías y allí hay una capilla en la roca. Detrás de la
abadía de Santa Margarita, en la ladera de la misma montaña hay un lugar muy
bello y deleitoso donde viven los eremitas latinos llamados Hermanos Carmelitas;
allí encuentra una pequeña iglesia de la Virgen; en toda esta zona hay
abundancia de buenas aguas, que salen de la misma roca de la montaña; desde la
abadía de los griegos hasta los eremitas latinos; la distancia es de una legua
y media."
b) "Les sains
pelerinages que l'en doit requerre en la Terre Sainte". Probablemente es
contemporáneo del anterior. Añade este nuevo dato:
"Cerca de esa abadía de
Santa Margarita, en la ladera de la misma montaña (el Carmelo), se encuentra un
lugar muy bello y deleitoso donde viven los ermitaños latinos llamados Hermanos
Carmelitas. Hay allí una hermosa iglesia de la Virgen; y existen allí por todas
partes grandes plantaciones, regadas con el agua que mana de la misma
montaña."
c) El dominico francés
Humberto de Dijon en 1330 realizó una peregrinación a Tierra Santa que
describió en su obra "Liber peregrinationis". En ella trae este
interesante testimonio:
"En el Monte Carmelo se
encuentra una capilla bastante devota, erigida en honor de la Santa Virgen. De
este monte y de esa capilla como ellos mismos lo afirman traen su origen y su
nombre los Hermanos Carmelitas llamados Hermanos de Santa María del
Carmelo..."
Todos los testimonios
conocidos concuerdan con los descubrimientos arqueológicos realizados en 1958
en el Wadies Siah. Aquí han aparecido las ruinas del monasterio y de la iglesia
que los ermitaños latinos levantaron en el primer cuarto del siglo XIII en
honor de la Virgen María, V que es la célula germinal de la Orden del Carmen.
3. DOCUMENTOS PONTIFICIOS
La primera mención del
título mariano aparecería en la constitución "Devotionis vestrae",
dirigido desde Lyon por Inocencio IV, el 12 de julio de 1247, al Prior y a los
hermanos de Santa María del Monte Carmelo.
La fórmula breve Orden de
Santa María del Monte Carmelo es más constante en los ambientes de la Curia
romana y ampliamente usada por los glossatores de la Cancillería Apostólica. De
hecho, la usa a menudo, no sólo en los encabezamientos, sino también en el
cuerpo del texto.
Otros papas, en varias de
sus bulas o decretos, a lo largo de este siglo XIII, darán a la Orden este título
mariano.
Un paso más, el del
patrocinio de María sobre el Carmelo, es defendido y vivido por la Orden ya en
el siglo XIII. El Papa Urbano IV, el 19 de febrero de 1263, en su rescripto
"Quoniam ut ait", anima a los fieles de Tierra Santa concediéndoles cien
días de indulgencia por cada ayuda material que diesen al Provincial de los
carmelitas, entregado a la reconstrucción del monasterio cuna de la Orden.
Precisamente en ese contexto prosaico, el Papa recuerda, de pasada, que María
es la Patrona del Carmelo, cosa que se da por vez primera en un documento
pontificio.
A partir de estos años de
mediados del siglo XIII ya abundan tanto los documentos pontificios que no vale
la pena aducirlos. Casi todos los papas hablan del marianismo de la Orden del
Carmen y la recomiendan a reyes, príncipes y obispos, a la vez que elogian su
labor.
Habría que traer aquí,
especialmente, los hermosos testimonios sobre este tema de Pío XII, Pablo VI y
Juan Pablo II, que en repetidas ocasiones han hablado sobre la Orden del Carmen
y su bendito Escapulario, pero ello nos llevaría a extender demasiado este
breve artículo.
Que María del Carmen,
nuestra Santísima Madre, como la llamamos desde hace casi ocho siglos los
carmelitas, proteja al mundo, a la iglesia y al Carmelo.
Autor: Rafael María López Melús, CarmelitaEl Santo Cura de Ars y el Escapulario del Carmen:
"Vino en una ocasión
una joven de la sociedad a confesarse con el Santo de Ars, San Juan Maria
Vianney. Una vez terminada la confesión, el Santo le pregunta: no te olvidas de
confesar algo más? Ella le contestó que no recordaba nada más. Como él tenía el
don de ver cosas ocultas y la vida de las personas con una sola mirada, le
dijo: pues recuerda aquella noche de baile con tantos jóvenes. Especialmente
aquel joven tan apuesto, de bien ver y que conquistaba a todas las chicas,
recuerdas cómo todas iban detrás de él y este las hacia caer ante él
embelesadas ? Pues también recuerda que tu estabas enfadada porque a ti no te
hacía ni caso, es que ni siquiera te miraba y tu estabas furiosa por ello...
Pues yo te voy a decir lo que en realidad sucedió, ese joven era un verdadero
demonio que corrompía a toda joven que caía en sus manos. Estaba realmente bajo
la inspiración del demonio. Y sabes el por qué de no haberse acercado a ti en
ningún momento ? Porque llevabas puesto el Escapulario de Nuestra Señora del
Carmen, eso fue lo que te salvó de caer en sus garras !"
Promesas:
Quien lleve SIEMPRE puesto
el Escapulario del Carmen y cumpla con las oraciones prescritas, la Virgen le
promete venir a sacarle del purgatorio al sábado que siga al día de su muerte.
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