Las cuatro velas suelen ser de
los colores que se describen a continuación:
Morado: Representa el espíritu de
la vigilia.
Verde: Representa la esperanza.
Rosa: Representa la alegría por
la cercanía del nacimiento de Jesús.
Blanco: Es el color de la presencia luminosa de Dios.
El año litúrgico comienza con el
Adviento. Se enciende una de las cuatro velas cada domingo de los cuatro que
dura el Adviento, para indicar el camino que se recorre hasta la Navidad. El
primer domingo de Adviento una, el segundo dos, y así sucesivamente. El orden
de encendido es: morado, verde, rosa y blanco.
Además de ser un elemento
decorativo, esta corona anuncia que la Navidad está cerca y debemos
prepararnos.
Los cristianos, para prepararnos
a la venida de nuestra LUZ y VIDA, la Natividad del Señor, aprovechamos esta
"Corona de adviento" como medio para esperar a Cristo y rogarle infunda
en nuestras almas su luz.
El círculo es una figura
geométrica perfecta que no tiene ni principio ni fin. La corona de adviento
tiene forma de círculo para recordarnos que Dios no tiene principio ni fin,
reflejando su unidad y eternidad. Nos ayuda también a pensar en los miles de
años de espera desde Adán hasta Cristo y en la segunda y definitiva venida; nos
conciencia que de Dios venimos y a Él vamos a regresar.
Las ramas verdes de pino o abeto
representan que Cristo está vivo entre nosotros, además su color verde nos
recuerda la vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza que debemos
cultivar durante el Adviento.
Las manzanas rojas con las que
algunas personas adornan la corona, representan los frutos del jardín del Edén,
con Adán y Eva, que trajeron el pecado al mundo, pero recibieron también la promesa
del Salvador universal.
El lazo rojo representa nuestro
amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.
El día de Navidad, las velas son sustituidas por otras de color rojo que
simboliza el espíritu festivo de la reunión familiar. En el centro, se coloca
una vela blanca o cirio simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto
existe.
La luz de las velas simboliza la
luz de Cristo que desde pequeños buscamos y que nos permite ver, tanto el mundo
como nuestro interior. Como hemos comentado antes, cuatro domingos antes de la
Navidad se enciende la primera vela. Cada domingo se enciende una vela más. El
hecho de irlas prendiendo poco a poco nos recuerda cómo, conforme se acerca la
luz, las tinieblas se van disipando, de la misma forma que conforme se acerca
la llegada de Jesucristo, que es luz para nuestra vida, se debe ir esfumando el
reinado del pecado sobre la tierra. La luz de la vela blanca o del cirio que se
enciende durante la Nochebuena nos recuerda que Cristo es la Luz del mundo. El
brillo de la luz de esa vela blanca en Navidad, nos recuerda cómo en la
plenitud de los tiempos se cumple el "Adviento del Señor".
No hay comentarios:
Publicar un comentario