Las
lecturas de la liturgia de este domingo nos hacen comprender el gran misterio
de Dios cuando nos enseñan que el templo
es el espacio más sagrado del mundo donde con toda seguridad nos encontramos
con Dios.
La
lectura de Malaquìas lo expresaba diciendo entrara
el Señor en su templo.
Y
así lo entendieron Maria y José llevando
al Niño Jesús y lo presentaron en el templo, es comprensible saber que en este
espacio sagrado encontrarían a Dios Padre, quien una vez más se alegraría de
ver este acto de ofrecimiento de entrega de consagración de plena unión, anticipo sin duda de la gran ofrenda en el
calvario que María entregaría a Dios y a
la humanidad, presentación del sacrificio del altar improvisado del madero de
la cruz.
Debemos
valorar en nuestra vida diaria el lugar que ocupa el templo en nuestra vida
espiritual, en una época de tanto panteísmo donde en todo lado esta dios y todo
es dios, solo podremos tener la certeza de la presencia de Dios padre en el
sagrado tempo.
La
lectura nos muestra la actuación de Ana la profetisa, que como muchos quienes
asisten a los templos sirviendo a Dios
noche y día y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención.
Lo dijo el autor de la carta a los hebreos el Mesías el sumo sacerdote misericordioso y fiel al servicio del Señor.
En
este cercano V centenario del nacimiento
de Santa Teresa de Jesús queremos rescatar su magisterio pues nos deja su
experiencia mariana y espiritual:
Afligida fuíme a una imagen de nuestra
Señora y suplicaba fuese mi madre con muchas lágrimas. Parecíame que aunque se
hizo con simpleza me ha valido; porque conocidamente he hallado a esta Virgen
soberana en cuanto me he encomendado a ella, y, en fin, me ha tornado a
sí" (Vida 1,7).
Experiencia
mariana por sentir la presencia protectora de la Virgen , suplicase fuese mi madre dice y
espiritual porque la expresión me ha tornado
a si nos habla de la conversión y del cambio.
No
podemos separar a la madre del hijo, y no podemos acercarnos al Señor sin acercarnos
a su Madre, fiesta del Señor y fiesta de la Virgen Maria con mucha
tradición de candelas y luces que llevan a la Luz que es Cristo.
Este
domingo nos invita a valorar el Templo
como espacio privilegiado de la presencia de Dios y a encontrar a la Virgen Maria como madre
protectora para acercarnos mas a su Hijo Jesús con el compromiso de cambiar
cada vez mas su luz nos ilumina el camino.
Te damos gracias, Madre y Señora
nuestra. Somos tus hijos y nos ponemos en tus manos, para que nos eduques y logres
hacer de nosotros verdaderos hijos de Dios, cristianos santos y alegres.
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